Destiempo

Es tarde, dice la hermana menor. Es verdad, ya estamos en los dominios de lo infructuoso. Pero está esta foto de fines de los cuarenta o inicios de los cincuenta; todo estaba por venir en esa vida polivalente que tuviste. Te observo: tienes casi la edad de mi hijo, jugabas en otro mundo, tan distinto aunque quizá no tanto, puede ser que el Eclesiastés acierte con eso de que no hay nada nuevo bajo el sol. El hedor llega hasta Neptuno, como antes, como siempre, tu sangre hoy se hubiera convertido en revolución igual aunque de alguna manera distinta que no logro adivinar. Foto de fines de los cuarenta o inicios de los cincuenta; tu última mirada hacia mí viene, los silencios de la costumbre, los ojos que decían que siempre estará mañana para decir lo que se quiere, el amor contenido, hasta que un día los amaneceres se acaban como nos pasó a nosotros, dejándonos sin punto final de nuestra historia. Solo quedaron las miradas. Los recuerdos. La sensación triste de estar a destiempo

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