Como los demás

Volaste, volaste un día
de julio de 1997.

Te fuiste.

¿Sabes qué me duele hoy?
¿Qué me estruja el corazón?
¿Qué lo coloca en un batán andino,
arma perfecta para triturar?

Que, si estuvieras todavía aquí
-quizá casado con la chica que te acompañó
hasta el día que volaste,
la única que te lloraba
en aquel velorio lleno de caras de desconcierto,
quizá con un hijo
tal vez igual a ti, blanquecino y narigudo,
seguro viviendo en el mismo lugar, arrimado por ahí-
nunca te vería
ni pensaría en tus dolores
sufrimientos
no sería tu apoyo
andaría en mis mil cosas
adusto, ocupado. 

Serías como los demás
a los que casi no veo
casi un desconocido
una especie de paria para mí
parte del pasado del que no quiero pensar
de la adolescencia terminada
sangrante
aplastante
pero paradójicamente añorada

Eso seguro serías
pero te fuiste
y así llevo tu sello en el alma
recordándote de vez en cuando
mucho más
que a todos los que puedo ver
cruzando alguno de los puentes enclenques


200903

Comentarios

Entradas populares