Cambios

Las páginas se perdieron otra vez. El olvido, como es, un bálsamo y un veneno, se llevó horas de recuerdos, de sentimientos que brotaron en noches de ojos abiertos, de flojera paupérrima o de lágrimas casi protocolares. ¿Dónde estaba cuando pasó lo que pasó? ¿Algún día podré dejar de olvidar? ¿Alguna vez podré hacer amigo al tiempo? ¿Dónde estaba cuando pasó lo que pasó? ¿Por qué no puedo recordar lo que quiero y porqué puedo recordar lo que no quiero?

¿Por qué la contradicción es parte de mi esencia? ¿Por qué es todo tan imperfecto? ¿Por qué el deseo de morir, junto con el de vivir, susurran a mis oídos tan convincentes, tan reales? ¿Dónde se fueron sus palabras cargadas de magia y sosiego? ¿Dónde me fui yo? ¿Dónde me perdí? ¿Cuál es el hito que marca la diferencia entre mi yo anterior y el actual? ¿Qué me mutó? ¿Dónde perdí la llave de la puerta que me dirigía sólo en el sentido correcto? ¿Qué me cansó tanto? ¿Qué hizo que cerrara mis ojos, y me dejara llevar?

¿Qué pasa aquí? ¿Qué está siendo extraído de esta vida que respiró el smog limeño de 1977? ¿A dónde se fue la alegría? Dios, yo sé que me había acostumbrado a la pena, a las sombras y a la ceguera, pero me habías enseñado a ver la luz otra vez.

Quizá la oscuridad pasajera traiga más luz después. Quizá despues no pueda ver por la brillantez de la luz. Quizá.


(En algún momento entre octubre y diciembre del 2002)

Comentarios

Ruth Carlino ha dicho que…
Parece que por aquí no acuden muchos a susurrar. Es como un rincón sagrado, donde el alma es más alma que nunca, y donde a pesar de pasar de puntillas y sin hacer demasiado ruido quiero dejar constancia de mi yo que se funde en tu yo y en tus melancólicas palabras que no por eso dejan de ser bellas.

No seré yo quien te llene de palabras bonitas, de esas que suenan bien, diciéndote que todo es pasajero, que vendrán tiempos mejores, porque esas palabras suenan muy bien, pero no tengo la certeza de los acontecimientos. Ante todo franqueza. Sólo puedo ofrecerte un hombro, un apoyo, un lugar donde poder desahogar todos nuestros miedos, traumas, dudas, incertidumbres, nostalgias y melancolías. No es mucho, pero es lo único que poseeo además de un viejo cuaderno de viaje de soledades afines a las tuyas.
Yo también tengo multitud de eso que llamo yo "confesiones de almohada" que decido no publicar por su tristeza, por creer que no interesan y por miedo a la trasparencia de mi alma.

Me quedo con la extraña satisfacción y alegría, de encontrar un ser que sufre y late, como mi alma solitaria y desnuda.

Besos.
Abel ha dicho que…
Ruth:

Gracias por tu visita. Como vez, yo mismo no entro aquí con demasiada frecuencia sino que cuando la inquietud llama, cuando el alma desea al menos un espacio pequeño e insignificante de expresión, allí es que vengo aquí, allí es que este lugar cobra relevancia, allí es que mi vida se posa en estas páginas.

Gracias por tus palabras. Espero que podamos seguir con el dialogo.

Un saludo,

Entradas populares